Diseccionando La Palabra Cambio Y Su Asociación Al Miedo
Mira al miedo a los ojos y el cambio aparecerá.
La semana pasada, una distinción sobre el cambio generó conversaciones, públicas y privadas, que abrieron un nuevo espacio:
¿Qué es realmente el cambio? ¿Y qué tiene que ver con el miedo?
Una mirada pragmática:
El miedo aparece en contextos caóticos o de incertidumbre prolongada.
El caos, en términos simples, es la experiencia de un ser humano en un entorno con:
ausencia de reglas,
o con reglas que nunca ha aplicado.
Las reglas pertenecen a la dimensión técnica del cambio.
Y lo técnico, por definición, es intercambiable.
Pero el cambio real no vive ahí.
En la dimensión social del cambio, el miedo aparece como una emoción legítima, natural, esperable.
Es parte del proceso.
Si le sacamos el marketing a la palabra "cambio" y todo su exceso técnico, entramos en el potencial real:
Cómo cambian las personas.
No desde el plan, sino desde lo que experimentan en su contexto.
No desde el modelo, sino desde la tensión que los moviliza.
Hay dos premisas que ayudan a enmarcar esa dimensión sin necesidad de definirla:
"Aprender a caminar fue lo más complicado que hiciste sin ayuda". (Milton Erickson)
"La mayoría de las personas han hecho en su vida personal transformaciones más profundas y más difíciles que cualquier cambio que se les haya pedido hacer en el trabajo.” (Gary Hamel)
Entre ambas dimensiones, existe algo profundamente humano:
Una dinámica orgánica que siempre ha sabido responder al cambio.
¿Para que sirve la dimensión técnica?
Sirve para hacer visible lo que está ocurriendo, o para contener lo que emerge.
Pero de ninguna manera puede definir el cambio.
Pretender que el cambio sea predecible, que tenga receta, o que puede ser ejecutado desde afuera, es desconocer lo más esencial del proceso humano.
A veces, la definición técnica, llevada a su extremo, devora su propia dimensión social.
Cambio y creación, son palabras intercambiables. Si no estamos creando no estamos cambiando.
Todo proceso de cambio, si es real, genera tensión emocional. Incluido el miedo.
El cambio técnico se planifica.
El cambio real se acompaña.
Y acompañar el miedo no es un desvío del cambio:
Es potencial de aprendizaje.
Julián.-

